Un capricho de la naturaleza quiso que este humilde guijarro quedara prisionero en una cepa de uva de Toro (Zamora).
Así permaneció durante el lento transcurrir de las décadas y de las cosechas de uva, y así permanece tras su arranque para dejar paso a otra parra nueva.
La peana está torneada en madera de Nogal. Altura: 85 cts.
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